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Se manifiestan principalmente como conjuntivitis, rinitis, asma y picores de garganta

Durante la estación primaveral, las alergias más comunes son las relacionadas con los pólenes, también conocidas como polinosis que según datos de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica afectan a cerca de 8 millones de personas en todo el Estado, siendo más prevalente en ambientes urbanos debido a la contaminación atmosférica.

Los pólenes más implicados suelen ser los de gramíneas en el centro y norte del país, y los de parietaria (maleza) en el litoral mediterráneo. Además, en el sur de España es común la alergia al polen de olivo. Estas alergias se manifiestan a través de conjuntivitis, rinitis, estornudos, picor de garganta y dificultad respiratoria con sibilancias (asma polínica).

Existe una clara correlación entre el tipo de alergia y la época del año. Hasta el 50% de los pacientes con alergia respiratoria son sensibles a los ácaros del polvo doméstico, uno de los alérgenos de interior más comunes. Estos ácaros viven dentro de las casas durante todo el año, causando síntomas perennes, aunque estos síntomas se agravan durante la primavera y el otoño debido a las condiciones de temperatura y humedad que favorecen su desarrollo. Además, las alergias a los pólenes tienen su propio calendario, dependiendo de la época de polinización de la planta o árbol implicado.

Consejos para las alergias primaverales

Es importante conocer los pólenes responsables de la alergia y su época de polinización, evitar salir al aire libre durante estas fechas o días ventosos. Se pueden planificar las salidas consultando los niveles de polen en sitios como www.polenes.com o mediante aplicaciones móviles.

Recomendable: evitar estancias prolongadas en parques y jardines, usar gafas de sol para proteger los ojos, ventilar la casa temprano o tarde en el día, usar el aspirador en lugar de barrer y limpiar el polvo con paños húmedos, colocar filtros en los sistemas de aire acondicionado y ventanas del coche cerradas durante los desplazamientos, y llevar consigo medicación sintomática como anti-histamínicos.

Manera de reducir los síntomas alérgicos

La mejor opción es la inmunoterapia antialérgica o vacuna antialérgica, que consiste en la administración de dosis progresivas del mismo alérgeno al que el individuo está sensibilizado, con el objetivo de reducir la sensibilización y suprimir los síntomas de la alergia. La inmunoterapia es efectiva para modificar el curso de algunas enfermedades alérgicas y puede mostrar beneficios en pocos meses, pero los efectos óptimos se alcanzan entre 3 y 5 años.

Si deseas recibir más información al respecto, ponte en contacto con los especialistas de Medicina familiar y comunitaria de la Clínica Euskalduna que estarán encantados de asesorarte sobre este tema. ¡Consulta la guía médica!