Grasas, azúcar, alcohol y falta de sueño, enemigos de nuestra dermis
La piel como cualquier otro órgano, requiere de una buena nutrición e hidratación. La navidad, es una época marcada por los excesos y el aumento de los problemas digestivos que hace que la piel también sufra consecuencias: se come mucho, se consume más alcohol de lo habitual y, aunque es época de vacaciones, se duerme poco.
Todos estos factores inevitablemente afectan a nuestro organismo, incluida el cutis. Por ello, para evitar la oxidación causada por las comilonas y para prevenir la aparición de problemas como el acné, cuperosis (enrojecimiento de las mejillas) y tez cetrina o apagada, hay varios consejos a tener en cuenta para evitar que la piel sufra y tener buena cara, antes, durante y después de la Navidad.
Grasas y azúcar
Los excesos en la dieta nunca son buenos, pero en Navidad comer más de la cuenta parece inevitable. En estas comidas hay varios elementos que son especialmente dañinos para nuestra piel; aparte el alcohol, las grasas y el azúcar.
Aunque ciertas grasas sean beneficiosas para nuestra salud no es el caso de las grasas trans. Este tipo de grasas, entre otros efectos negativos, pueden afectar al corazón y empeorar la circulación de la sangre, provocando así una falta de oxigeno en las células cutáneas que tiene como resultado una piel débil y menos elástica. Por otro lado, el azúcar presente en los dulces navideños también actúa contra el colágeno que hace que la dermis pierda elasticidad y acelere el envejecimiento. Además, un exceso de azúcares aumenta la absorción de agua y puede provocar mayor retención de líquidos y en consecuencia sentirnos hinchados y engordar.
Falta de sueño y alcohol
En las horas de sueño el organismo sintetiza muchas sustancias, como el colágeno y la elastina, que contribuyen a la regeneración cutánea necesaria para mantener la piel en buen estado y se eliminan las toxinas acumuladas durante el día. La consecuencia inmediata de no dormir las horas necesarias, es que la piel pierde parte de su elasticidad, se pronuncian líneas de expresión, aparecen manchas y rojeces y las toxinas se multiplican.
En cuanto al consumo abusivo de alcohol, es obvia la deshidratación de la piel además de que se fomentan rojeces y rupturas de vasos capilares en la cara. Por eso, es importante beber agua para eliminar las toxinas y contribuir al mantenimiento de un cutis sano y también aumentar la ingesta de frutas y verduras.
En definitiva, y aunque no siempre es fácil evitar excesos, tener estos aspectos en cuenta es beneficioso para equilibrar los hábitos y garantizar un cuidado de la piel. Para ello, La Clínica Euskalduna cuenta con reconocidos dermatólogos profesionales titulados dedicados a estas especialidades. Si quieres hacer alguna consulta relacionada con las mismas, no lo dudes, consulta la Guía Médica y la de Servicios de nuestra web.