Aumentan patologías como caries, gingivitis y traumatismos, así como halitosis, sangrado e hipersensibilidad
Los cambios en los hábitos de higiene bucodental y de alimentación que se producen durante el verano, junto con las altas temperaturas, provocan la proliferación de bacterias en la boca que contribuyen a que se pueda producir un aumento de patologías bucodentales tales como la caries o la gingivitis que pueden llegar a causar en el paciente halitosis, sangrado de encías o hipersensibilidad dental.
No olvides el cepillado
Por este motivo, es importante no descuidar la higiene bucodental. cepillándose los dientes tres veces al día durante al menos dos minutos de forma manual o algo menos con un cepillo eléctrico, inmediatamente después de cada comida principal y especialmente antes de acostarse.
Es fundamental usar un dentífrico con flúor y mover el cepillo desde la encía hasta el borde del diente, limpiando tanto su cara exterior como interior, así como los espacios interdentales, lengua, encías y carrillos. El hilo o seda dental es un aliado muy importante para prevenir la caries interdental por lo que recomendamos usarlo una vez al día, preferiblemente por la noche y si finalizamos la higiene con un colutorio, mucho mejor.
Sin embargo, durante el verano no siempre puede limpiarse la boca después de comer. En estos casos, se aconseja –si se puede- realizar la limpieza justo antes de la comida y de forma esporádica recurrir a los chicles sin azúcar y con xilitol después de comer ya que aumenta el pH bucal dificultando la acción agresiva de las bacterias, estimulando la salivación y ayudando a expulsar de entre los dientes los restos de comida.
Chicles y colutorio como última alternativa
No obstante, el chicle debe ser el último recurso y nunca sustituye al cepillado, por ello su consumo debe realizarse de forma moderada, y nunca masticarse más de 20 minutos, estando desaconsejado en pacientes con ortodoncia o con determinados problemas en la musculatura maxilofacial (como el bruxismo).
De esta forma, los chicles sin azúcar y con xilitol, junto con los enjuagues con colutorios, podrían ser alternativas de emergencia que podrán utilizarse de forma puntual en caso de un posible olvido o cuando no sea posible realizar una limpieza.
La importancia de la alimentación
En verano se descuida más la alimentación, consumiendo más de bebidas alcohólicas, azucaradas y carbonatadas, así como de helados y zumos que generan una serie de ácidos en la boca que pueden llegar a desmineralizar los dientes y dañar el esmalte dental.
Esto hace que la dentadura quede desprotegida ante el ataque de bacterias causantes de la caries y que aumenten las manifestaciones de hipersensibilidad ante la ingesta de alimentos o bebidas frías. Para contrarrestar esta situación, el Consejo General de Dentistas recomienda tener una adecuada hidratación del organismo, bebiendo dos litros de agua al día y tomando alimentos con alto contenido hídrico como las verduras, hortalizas y frutas.
Práctica deportiva y traumatismos bucales
La mayor práctica de actividades físico-deportivas provoca que los traumatismos sean también más frecuentes y que el número de pérdida de fragmentos o incluso de piezas dentales completas aumenten. En estos casos, se aconseja, conservar el diente en suero salino, o en su defecto agua, agua con sal, leche, o manteniéndolo en la boca y acudir de forma urgente a un dentista para poder llevar a cabo el tratamiento más adecuado.
Respirar por la boca cuando se practica deporte hace que el flujo salivar disminuya y la boca quede más desprotegida frente al ataque de bacterias y ácidos. Además, hay otros elementos como el cloro de las piscinas pueden alterar también el pH favoreciendo la desmineralización de los dientes. Para ayudar a remineralizarlos, volvemos a recomendar el uso de dentífricos y colutorios con flúor.
Y para quienes practican deportes subacuáticos, cabe advertir que el uso de boquillas y snorkel puede alterar la fisiología natural de la boca pudiendo interferir, por ejemplo, en una ortodoncia fija o provocar dolores de cabeza por las posiciones anormales y forzadas de la articulación temporomandibular.
En cuanto a la protección solar, al igual que en el resto del cuerpo, no hay que olvidar proteger también los labios de la excesiva exposición al sol con un fotoprotector para ayudar a prevenir así el cáncer en esta parte de la boca.
En cualquier caso, finalizado el verano, no dejes de pasar por la Unidad de Odontología y cirugía maxilofacial de la Clínica Euskalduna y hacerte una buena revisión. Tu salud bucodental saldrá ganando.
FUENTES: Consejo General de Dentistas de España, GCI