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Pone en peligro la salud mental y el cuatriplica las posibilidades de contraer cáncer de piel

La exposición al sol tiene beneficios para la salud como la estimulación de la producción de vitamina D, necesaria para el organismo. Sin embargo, además de los efectos perjudiciales de tomar el sol de manera prolongada, el deseo de tener la piel bronceada puede convertirse en una adicción. Este trastorno se conoce como tanorexia y se define como la obsesión por estar bronceado, ya sea tomando el sol al aire libre o en cabinas de rayos UVA.

Las personas que sufren este problema sienten la necesidad de mantener el bronceado en cualquier época del año y para ello en lugar de fotoprotectores utilizan productos de aceleración poniendo de esta manera en peligro su salud física y mental.

Como afecta la tanorexia

Esta obsesión se relaciona con la distorsión de la imagen corporal, concretamente con la dismorfofobia corporal y provoca que las personas que padecen este trastorno se vean más pálidas de lo que realmente están.

Las causas suelen ser multifactoriales, sin embargo, el factor social tiene un gran peso, sobre todo en personas con baja autoestima ya que el hecho de estar moreno o morena se asocia a clases económicamente elevadas y una mayor aceptación social.

Afecta tradicionalmente más a mujeres jóvenes por ser el colectivo más supeditado a los cánones de belleza impuestos desde finales del siglo XX, pero actualmente influye en personas de todas las edades, incluidos hombres.      

El principal problema de la tanorexia es el de sus consecuencias, no solo mentales, también las derivadas de una sobreexposición a la radiación ultravioleta y entre las que destacan; alteraciones pigmentarias, lesiones de aspecto desagradables y el elevado riesgo de llegar a desarrollar un cáncer de piel.

 Síntomas de la tanorexia

Las señales de este desorden son una mezcla de las consecuencias fatídicas del exceso de sol en la piel y de los síntomas propios que generan una adicción:

  • Bronceado intenso y quemaduras en la piel que tratan de ocultarse con maquillaje.
  • Arrugas a edades tempranas debido al envejecimiento provocado por el sol.
  • Ansiedad cuando la persona no puede exponerse al sol o acudir a cabinas de bronceado.
  • Pérdida del sentido de la realidad y de la propia imagen.
  • Competitividad con otras personas por lograr un moreno en la piel más intenso.
  • Descontrol y dependencia, aun conociendo los peligros para la salud de la exposición prolongada al sol.
  • Pérdida del apetito por la sensación de falta de horas de exposición solar.

Como tratar con esta enfermedad

Un problema grave de este síndrome es que los afectados no creen que sufran ningún trastorno, por lo que no acuden a ningún especialista.

El tratamiento requiere una doble intervención, psicológica y dermatológica. Por un lado, es imprescindible acudir a un equipo médico especializado en psicología para mejorar la percepción sobre el propio cuerpo, combatir la ansiedad que genera no exponerse al sol y corregir los comportamientos de exposición exagerada al sol. Y, acudir rápidamente a tu dermatólogo/a para revisar el estado de la piel y detectar cualquier señal anómala que pueda ser indicio de cáncer.

Ante cualquier duda acude a la Clínica Euskalduna donde nuestros equipos de especialistas podrán valorar y asesorarte sobre el tratamiento más adecuado. No olvides que tu salud es lo primero.

Fuentes: AEDV, AEPCP, GCI