Las gafas de son no son una moda sino una necesidad
La exposición prolongada a la radiación solar sin la debida protección puede provocar lesiones oculares a corto y largo plazo. Desde irritaciones leves hasta patologías más graves como cataratas o degeneración macular. Por eso, el uso de gafas de sol adecuadas no es solo una cuestión estética: es una medida de salud.
El sol es una fuente de vida: nos ayuda a sintetizar vitamina D, refuerza el sistema inmunológico, mejora el estado de ánimo e incluso contribuye a regular el sueño. Sin embargo, como todo en exceso, también puede perjudicarnos, especialmente cuando se trata de la piel y, a menudo olvidado, los ojos.
Elige bien tus gafas de sol
Las gafas de sol deben adquirirse en establecimientos sanitarios como ópticas o farmacias con sección de óptica. Solo así podrás asegurarte de que cumplen con la normativa de calidad, están homologadas y ofrecen el filtro adecuado para tus necesidades.
Hay 5 tipos de filtros solares, del 0 al 4, según su nivel de absorción de luz, pero mayoría de gafas recomendadas para uso diario se encuentran en la categoría 2 o 3.
Además, según el tipo de actividad que realices, puedes elegir entre distintos tipos de lentes:
- Lentes polarizadas: reducen reflejos, ideales para conducir o actividades acuáticas.
- Lentes fotocromáticas: se adaptan a la luz, perfectas para uso continuo o conducción.
- Lentes con espejo: bloquean gran parte de la luz intensa; recomendadas para deportes de invierno o marinos.
- Cristales marrones, verdes o grises: respetan mejor los colores naturales.
Riesgos de nuestra salud visual con el sol
La exposición a los rayos UVA y UVB puede afectar a distintas partes del ojo:
- Párpados: desde inflamaciones como blefaritis hasta lesiones precancerosas o tumores cutáneos.
- Conjuntiva: irritaciones solares (fotoconjuntivitis), o crecimientos anómalos como el pterigión o la pingüécula.
- Córnea: la fotoqueratitis y la uveítis causan dolor, visión borrosa e hipersensibilidad a la luz.
- Cristalino: la radiación acelera la aparición de cataratas.
- Retina: la exposición acumulativa al sol contribuye a enfermedades como la degeneración macular (DMAE).
Ojo con los más pequeños: los ojos de los niños son más sensibles y vulnerables, por lo que requieren gafas de sol especialmente diseñadas para su edad, preferiblemente con monturas blandas, resistentes y bien ajustadas.
Consejos para tus ojos en verano (y todo el año)
- Evita la exposición solar en las horas más intensas: de 12:00 a 16:00.
- Nunca mires directamente al sol.
- No uses lentillas al tomar el sol o al bañarte en piscinas o mar.
- Usa sombreros o gorras que den sombra a la cara.
- Lleva gafas de sol homologadas, incluso en días nublados.
- Protege tus ojos del cloro o la sal con gafas de agua.
- Hidrata tus ojos con lágrimas artificiales si notas sequedad.
- Aplica compresas frías si sientes picor y evita frotarte los ojos.
- Presta atención si tienes ojos claros, has sido operado de cataratas o usas medicamentos fotosensibilizantes.
¿Cómo saber si unas gafas de sol son adecuadas?
- Deben tener el marcado CE.
- Han de filtrar completamente los rayos UVA y UVB.
- Las lentes deben ser ópticamente neutras y resistentes.
- No deben distorsionar los colores ni generar reflejos incómodos.
- Comprueba que la lente no tenga rayas, burbujas ni rugosidades.
- El diseño debe cubrir bien el ojo y minimizar la entrada de luz por los laterales.
- Las patillas deben estar equilibradas y ser lo bastante anchas para evitar la radiación lateral.
- Pruébalas: la visión debe ser clara y cómoda desde el primer momento.
👓 Importante: tras una operación ocular, extrema la precaución y consulta a tu profesional sanitario para elegir la protección más adecuada.
Cuidado y mantenimiento de tus gafas
- Límpialas con agua y jabón suave o con toallitas específicas.
- Guarda siempre las gafas en su funda para evitar rayaduras.
- No las dejes sobre superficies calientes ni a pleno sol.
- Evita dejarlas en la toalla en la playa o directamente sobre arena.