Los machos ni lloran, ni piden ayuda ni están enfermos
Un estudio reciente ha puesto de manifiesto la relación entre la adhesión a los estereotipos de género masculinos y el manejo de la salud cardiovascular en los hombres. La investigación, llevada a cabo por la Universidad de Chicago y publicada en Jama Network, sugiere que aquellos varones que desde la adolescencia interiorizan una imagen de masculinidad basada en la autosuficiencia, la fortaleza y el control emocional, tienden a ocultar diagnósticos de factores de riesgo cardiovascular, como la hipertensión, la diabetes o la hiperlipidemia, así como los tratamientos que reciben para estas afecciones.
Miedo y vergüenza
Según los investigadores, existe una conexión entre la socialización de género y la reticencia a buscar atención médica preventiva. Señalan que el miedo, la ansiedad o la vergüenza podrían ser algunas de las razones por las cuales muchos hombres evitan reconocer sus problemas de salud. Esta actitud, explican, choca con conductas que favorecerían la admisión de vulnerabilidades y la búsqueda de ayuda.
Especialistas en cardiología y psicología de la salud coinciden en que la reticencia a reconocer síntomas o recibir ayuda médica es frecuente entre los hombres jóvenes con ideales de masculinidad más marcados. Desde la Sociedad Española de Cardiología, se destaca que esta actitud puede derivar en una menor comunicación sobre el estado de salud y, por consiguiente, en un seguimiento insuficiente de los tratamientos.
Otro estudio publicado en The Lancet respalda estos hallazgos, indicando que los hombres que expresan una masculinidad más marcada durante la adolescencia parecen menos propensos a recibir diagnósticos de hipertensión, diabetes o dislipemia. No obstante, los investigadores advierten que esto podría deberse a una menor detección de estos problemas médicos, más que a una verdadera menor incidencia de los mismos.
Mas problemas de corazón entre menores de 50
Los datos de la Fundación Española del Corazón reflejan que los hombres menores de 50 años presentan una incidencia más elevada de enfermedades cardiovasculares en comparación con las mujeres de la misma franja de edad. Aunque se reconoce la influencia de factores biológicos y hormonales, algunos especialistas subrayan que el proceso de socialización de género también juega un papel clave, promoviendo conductas poco saludables como el sedentarismo, el consumo excesivo de alcohol y tabaco, dietas inadecuadas y una menor disposición a la prevención médica.
Los expertos advierten que esta combinación de factores genera un “círculo vicioso” que incrementa el riesgo cardiovascular y dificulta la detección temprana de enfermedades prevenibles. También alertan de que los hombres que ocultan sus enfermedades tienen menos probabilidades de seguir correctamente los tratamientos, lo que agrava aún más su situación.
Actuar desde edades tempranas
Se plantea que, con el paso de los años, estas barreras podrían reducirse, ya que en edades avanzadas los hombres parecen mostrar menos resistencia a aceptar sus problemas de salud y seguir los tratamientos recomendados. No obstante, los especialistas insisten en la necesidad de actuar desde edades tempranas mediante campañas de concienciación que fomenten la normalización de la búsqueda de ayuda médica y el autocuidado.
Finalmente, los investigadores recalcan la importancia de diseñar estrategias que desafíen las normas de género perjudiciales, promoviendo una mayor implicación de los hombres en el cuidado de su propia salud. Según concluyen, estas acciones no solo beneficiarían a la salud masculina, sino que contribuirían al bienestar general de la sociedad.